Pese a los avances en igualdad de género, persisten los sesgos y estereotipos que limitan el acceso y el desarrollo educativo de niñas y mujeres en todo el mundo. El 8M es ideal para pensar la educación como herramienta para la transformación social y la equidad.
Los estereotipos de género se inculcan desde la infancia y afectan el desarrollo personal y las oportunidades profesionales futuras de niñas y niños. La educación es esencial para desafiar estos sesgos a través de planes de estudio, materiales y prácticas pedagógicas.
Persiste la errónea creencia en el mundo de que ciertos roles están reservados para hombres o para mujeres. Por ejemplo, casi la mitad de la población considera que los hombres son mejores líderes políticos, y más del 40% cree que deben tener prioridad laboral en tiempos de crisis económica. Según un informa de la Unesco, el 28% de las personas aún justifica la violencia doméstica contra las mujeres.
Barreras educativas para niñas y adolescentes
Las normas de género influyen en la exclusión escolar de niñas y niños. En muchos países, ellas enfrentan matrimonios precoces y embarazos adolescentes, lo que las obliga a abandonar la escuela. Ellos también pueden verse afectados al asumir la responsabilidad económica del hogar a temprana edad.
Los libros de texto y materiales de aprendizaje juegan un papel fundamental en la reproducción o eliminación de estereotipos. Por ejemplo, en algunos países las mujeres están infrarrepresentadas en los libros de texto escolares.
Las personas que se desempeñan en la docencia también influyen en la perpetuación de los sesgos. Estudios demostraron que los profesores con visiones estereotipadas afectan negativamente el desempeño de las alumnas en matemáticas y ciencias. La confianza de ellas en sus habilidades en STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, según su sigla en inglés) disminuye cuando perciben que sus maestros las subestiman.
El sesgo basado en la falsa creencia de que existen capacidades «naturales» preasignadas según el género, afecta:
- Oportunidades: las niñas pueden ser disuadidas de seguir carreras en STEM, limitando sus opciones futuras.
- Percepción: pueden influir en cómo los estudiantes se ven a sí mismos y sus habilidades.
- Trato discriminatorio: los sesgos pueden llevar a un trato desigual en el aula, ya sea sutil o evidente.
Hacia una educación transformadora y equitativa
Para desafiar los estereotipos y garantizar una educación equitativa, la Unesco propone la revisión de libros de texto, la formación de docentes en perspectiva de género y la inclusión de modelos femeninos en carreras tradicionalmente dominadas por hombres, entre otras medidas. Además, es fundamental garantizar un entorno escolar seguro y libre de violencia de género.
La discriminación positiva, o acción afirmativa, busca revertir situaciones de desigualdad histórica. En el contexto educativo, esto significa tomar medidas para favorecer a grupos subrepresentados, como las niñas en las áreas STEM.
Por ejemplo, puede convertirse en una herramienta para hacer realidad esos derechos:
- Ley de Paridad de Género. La discriminación positiva puede ayudar a asegurar que las mujeres no solo estén representadas en las listas electorales, sino que también tengan oportunidades reales de liderazgo en la política.
- Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti-Trans. Es un ejemplo de discriminación positiva al reservar un porcentaje de empleo para personas travestis y trans, quienes históricamente fueron excluidas del mundo laboral.
Las políticas de inclusión permitieron que miles de personas accedan a derechos.
Hay numerosos ejemplos en todo el mundo donde las políticas de discriminación positiva tuvieron éxito en aumentar la participación de mujeres y minorías en la educación y el trabajo, claros ejemplos para revertir patrones de desigualdad.
Derechos políticos y civiles
- Voto femenino (1947)
- Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política (2017)
Derechos contra la violencia de género
- Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (2009).
- Ratificación del Convenio 190 de la OIT sobre Violencia y Acoso en el Mundo del Trabajo (2021).
Derechos de las personas LGBTIQ+
- Ley de Matrimonio Igualitario (2010): Convirtió a Argentina en el primer país de Latinoamérica en reconocer legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo.
- Ley de Identidad de Género (2012).
- Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti-Trans (2021).
Derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos.
- Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (2020).
- Ley de los 1000 Días (2020).
En el ámbito internacional
- Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979, ONU).
- Convención de Belém do Pará (1994, OEA).
- Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995, ONU).
- Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ONU).
En el marco de un nuevo 8M, es necesario reforzar el papel de la educación como motor de cambio. Solo con un sistema inclusivo y sin sesgos se podrán construir sociedades más justas e igualitarias para las mujeres y niñas del mundo.