Por Andrea Attis Beltrán para Aula Abierta.
El 3 de diciembre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Este día está destinado a llamar la atención y movilizar la inclusión de personas con discapacidad en la sociedad.
¿Qué entendemos por discapacidad?
Si bien a lo largo del tiempo se fueron tomando diferentes ideas vinculadas con la discapacidad, en el 2006, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad la definía como:
“un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.”
Con esta definición, la ONU se alejaba de la noción médico hegemónica, en la que se consideraba la discapacidad como una carencia o falencia a corregir, y se acerca a las nociones de que la discapacidad es un fenómeno relacional, porque se manifiesta en el contacto de los mecanismos y los factores que la producen dentro de la sociedad (Aznar y González Castañón, 2008).
¿Y esto qué quiere decir? Para poner un ejemplo, significa que la discapacidad se revela, al momento que una persona llega a un edificio y no encuentra una rampa para poder acceder con su silla de ruedas. O en el momento que una persona sorda, se encuentra con un video sin subtítulos o alternativa de texto.
Accesibilidad y educación a distancia
La educación a distancia en los últimos años fue una solución para muchas personas, ya que permitió continuar con trayectos formativos sin la necesidad de trasladarnos efectivamente a espacios físicos de aprendizaje.
Esta modalidad, propone entornos más flexibles que la educación tradicional, facilita la autonomía y ofrece más opciones para individualizar el proceso de enseñanza y aprendizaje según las posibilidades de cada sujeto.
Es por ello que la educación a distancia funciona para la comunidad de personas con discapacidad como una oportunidad para participar de entornos de socialización cultural, contextos de conocimiento y capacitación profesional (Zubillaga del Río, 2007).
En este sentido, es importante trabajar por la accesibilidad de los espacios virtuales, que significa ni más ni menos que presentar los contenidos de nuestras propuestas contemplando lineamientos básicos que le permitirán a la mayor cantidad de personas interactuar independiente de sus características individuales.
¿Cuáles son los principios básicos de la accesibilidad en entornos virtuales?
⇒ Perceptible
Los elementos a comprobar dentro de este primer principio hacen referencia a que la información expuesta y los componentes que componen la interfaz de usuario sean presentados de tal forma que puedan ser percibidos por todas las personas.
Algunas de las consideraciones que se pueden tomar en cuenta son: Que se proporcionen alternativas de texto para cualquier contenido que no sea texto (imágenes, videos, audios, tablas). Que los contenidos se puedan presentar de diferentes formas, por ejemplo, que el sitio sea responsivo sin perder sus atributos básicos. Y por último, se prestará atención a que los contenidos sean distinguibles, es decir que los usuarios puedan ver y oír el contenido, incluyendo aspectos generales como la separación entre el primer plano y el fondo de la pantalla.
⇒ Comprensible
La información expuesta en el sitio deberá ser fácil de manejar respecto a su funcionamiento. Para ello, los contenidos textuales tienen que expresarse de forma clara y sencilla.
Algunas de las consideraciones que se pueden tomar en cuenta son: que el idioma del sitio pueda ser modificado a elección del usuario o que se brinden herramientas para identificar palabras inusuales. Otra pauta a tener en cuenta es que los sitios funcionen de manera predecible, es decir que iguales elementos deberían proponer un mismo funcionamiento (por ejemplo, ser consistente en publicar tus material de estudio de la misma manera: ¿abren en ventana aparte? ¿se descargan automáticamente? siempre igual).
A su vez, los sitios deberán enfocarse en evitar que los usuarios puedan incurrir en errores y en el caso de que lo hicieran, pueda ayudar a solucionarlos. Un ejemplo de este último aspecto, se aplicaría esta idea a la inscripción por error en una mesa de exámen o al envío involuntario de una entrega.
⇒ Operable
El principio de operabilidad refiere a que todo sitio web debe tener diferentes formas, todas claras y explícitas, para llevar adelante las diversas acciones que se propongan, por ejemplo: buscar contenido.
Una de las variantes necesarias es que todo el contenido sea accesible utilizando el teclado y otras funcionalidades (sin un mouse, por ejemplo). También se contempla la variable tiempo, que sea suficiente para leer y utilizar el contenido propuesto. Por otro lado, la información deberá evitar exponerse de manera tal que sea perjudicial para la salud. Por ejemplo, que los contenidos que se presentan en flashes, no tengan más de 3 flashes por segundo, ya que de lo contrario pueden generar convulsiones en usuarios sensibles.
⇒ Robustos
La accesibilidad debe ser continua y perdurar en el tiempo, implementando gran parte de los estándares, permitiendo la compatibilidad que tienen las tecnologías usadas para la construcción de un sitio Web y las ayudas técnicas que se proveerá a los usuarios con discapacidad del acceso a la información.
¿Qué puedo hacer en mis aulas virtuales?
Una primera pauta que sugerimos considerar es revisar las herramientas tecnológicas con las estamos trabajando. En general, cuando utilizamos servicios como Canva.com, Genial.ly, Padlet, Miro, etc, ¿Cuentan con los requerimientos necesarios para la participación de todos? Es importante que comencemos a tener la accesibilidad como uno de los criterios de calidad que nos permite elegir con qué elementos trabajar.
Para comenzar en este camino, a continuación, les compartimos algunas ideas que pueden incorporar inmediatamente en sus aulas.
Incorporar alternativas de texto
Cuando incorporamos un contenido, es importante que prestemos atención en que la información expuesta no sea únicamente susceptible de ser percibida visualmente.
¿Cómo se hace? Proporcionar alternativas textuales para cualquier contenido no textual (imágenes, vídeos, iconos, etc.) para que pueda transformarse en otras formas que la gente necesita, tales como letra grande, Braille, lenguaje, símbolos o lenguaje más sencillo.
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Recurso recomendado: Texto alternativo: la guía definitiva
Alternativas para el Audio y Vídeo
Algunas personas no podrán escuchar el contenido o verlo. Es por eso que es importante facilitar subtítulos o una transcripción.
¿Cómo se hace? Pueden incorporarse los subtítulos en un video automáticamente desde youtube o incorporar la transcripción del audio disponible para descargar en un archivo adjunto.
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Recurso recomendado: Desgrabador automático
Contraste
Es importante utilizar esquemas de color que facilitan la diferenciación de primer plano y de fondo. Tratando de conseguir que todas las secciones estén diseñadas en colores de alto contraste, fondos simples, fuentes claras, etc.
¿Cómo se hace? Cuidando la utilización de colores, priorizando aquellos que hagan contraste y no se mimeticen entre sí. También se puede instalar algunos plugins que permiten modificar los colores globales del campus. Por ejemplo, el módulo Accessibity en Moodle.
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Recurso recomendado: Colores Accesibles (Nivel A) y Daltonismo
Tiempo suficiente para leer el contenido en acción
Tratemos de evitar que haya espacios en movimiento en el sitio (por ejemplo, la utilización de banners en formato GIF). Pero en caso de ser necesario, proporcionar a los usuarios tiempo suficiente para leer y usar el contenido en movimiento, o dar la posibilidad de pausar la acción.
¿Cómo se hace? No incorporar contenidos que comiencen solos y no puedan detenerse, como animaciones por ejemplo. Además otro aspecto a tener en cuenta es considerar los tiempos de realización de las actividades para que puedan considerar la heterogeneidad del aula.
Quiero saber más, ¿por dónde sigo?
Te compartimos una video clase llevada adelante por Daniela Geli y Miguel Barraza de la Comunidad DALAT: “Accesibilidad para educadores”.