En Aula abierta, en el marco de la Diplomatura en Neurociencias, conversamos con Melina Furman quien explicó sobre la enseñanza en el pensamiento curioso y crítico, sobre el uso de la curiosidad como motor del aprendizaje y la capacidad de actuar con el conocimiento.
¿Cómo enseñar a mirar el mundo con ojos curiosos? pregunta Melina, Dra en Educación e investigadora del CONICET en la apertura de la clase. La principal dificultad que hay en las escuelas es que se abordan las asignaturas con una mirada del mundo que le es ajena a los chicos.
La educación en la escuela debe poder ir más allá de esta y para ello es indispensable que los educadores realicen dos ejercicios: el primero tiene que ver con concebir a los estudiantes como hacedores en lugar de consumidores, darles un lugar activo en el aprendizaje.
En un estudio que realizó en distintas escuelas Melina identificó que muchas actividades propuestas tienen que ver con un nivel de pensamiento de orden inferior, es decir recordar o comprender cuestiones ligadas a las asignaturas, sin embargo pocas tareas tienen que ver con crear, evaluar, analizar sucesos que impliquen trasladar ese conocimiento a otras instancias de aprendizaje, lo cual serían actividades de pensamiento de orden superior.
Lograr transformar el pensamiento en el aula obliga a revisar qué temas son esenciales en lo que se enseña y cuáles son las grandes ideas de los contenidos que abarca cada materia. En estos casos a modo de consejo “menos es más” dijo Melina y para esto “será más valioso reducir el aprendizaje declarativo para potenciar la comprensión y la capacidad de actuar con el conocimiento”.
Esto último se relaciona con el segundo ejercicio que ella propone, que tiene que ver con poder actuar con el conocimiento de manera flexible, es decir educar en la escuela para ir mas allá de la escuela, a los entornos auténticos en los cuales los alumnos puedan conectar con la vida real y con el sentido de lo que estudian, en definitiva “una educación en la escuela que valga la pena para la vida”, explica Melina.
La capacidad de transferencia significa conocer los temas que se brindan de manera profunda y perdurable, en definitiva la curiosidad, la pregunta y el sentido como motor de aprendizaje colaboran en transferir esas ideas a los contextos diversos, aquí radica verdaderamente el conocimiento profundo en oposición al conocimiento inerte.
Ante las preguntas surgidas hacia el final de la clase, Melina aconseja realizar los siguientes pasos para enseñar y detectar si hay una real comprensión en el aula:
- Identificar las grandes ideas de la materia.
- Conectar esas ideas con la vida real y el sentido que tendría para los chicos saber esos conceptos.
- Fomentar los proyectos interdisciplinarios entre las asignaturas para darles una mirada holística y aproximarse a la transferencia de conceptos.
- Dedicar tiempo a cada tema, recordando la regla “menos es mas”
- Priorizar los contenidos significativos que puedan nutrirse de experiencias vivenciales.
- Incluir oportunidades de metacognición es decir instancias que le permitan a los chicos reflexionar sobre el propio pensamiento (¿que aprendió?, ¿cómo aprendió?, ¿para qué le sirvió? y ¿en qué otros lugares puede usarlo?)
Dentro de este punto a partir del intercambio con los docentes de la Diplomatura Anna Forés Miravalles y Jesús Guillén, Melina muestra distintos recorridos propios y de otros docentes con estrategias de actividades metacognitivas.
Para ver la Clase completa ingresá al siguiente video:
Foto de portada Joseph Rosales on Unsplash