En Aula Abierta en el marco de la Diplomatura Educar en la Cultura Digital, conversamos junto a Paula Sibilia, escritora e investigadora y Marcela Czarny, directora de Chicos.net quienes reflexionaron sobre el rol actual de la tecnología en la educación en un contexto donde el aislamiento la volvió a resignificar.
Hay preguntas que nos hacemos a diario en el ámbito educativo, por ello e invitamos a Paula a retomar uno de sus libros “Redes o paredes: La escuela en tiempos de dispersión» (2012) para a pensar juntos sobre el rol de la tecnología en la educación actual. ¿Cómo se están comunicando los docentes, las instituciones escolares con sus alumnos y alumnas?¿Cómo se resignifican “las paredes” de las instituciones escolares en este momento de encierro?¿Hay algunas lecciones positivas que podemos rescatar?¿Qué cambios debería hacer la escuela que viene a la luz de lo sucedido y qué cosas debería preservar?
Sibilia Investigó y escribió ensayos sobre tecnología y subjetividad. Sus estudios de formación en Comunicación y Antropología en UBA y sus doctorados, Salud Colectiva (IMS-UERJ) y Comunicación y Cultura (ECO-UFRJ) le otorgaron una amplia trayectoria en la temática a partir de la cual publicó, tanto en portugués como en español, los libros: El hombre postorgánico: Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales (2005), La intimidad como espectáculo (2008), y ¿Redes o paredes? La escuela en tiempos de dispersión (2012). Además se nutre del trabajo docente desempeñándose como profesora del doctorado y la maestría en Comunicación (PPGCOM) y del Departamento de Estudios Culturales y Medios de la Universidad de Federal Fluminense (UFF).
En este libro, explica Paula, la pregunta tenía que ver con el problema de internet en la escuela y la forma en que las nuevas tecnologías de acceso a las redes informáticas y los estilos de vida que ello implica, afectan el funcionamiento de esa institución; hoy, 8 años después , esa cuestión se revirtió porque “la realidad es que quien no tiene conexión perdió la posibilidad de educarse”, afirma la expositora.
Originalmente, la escuela fue pensada como una institución moderna muy sólida y rígida con “paredes” separadas del afuera, tanto del espacio público de las calles como del espacio privado de cada integrante de la dinámica escolar. Estaba muy recortado lo que concierne a la escuela y ese recorte no era sólo espacial sino también temporal delimitado por los reglamentos escolares. La vida de estudiantes y docentes fuera de la educación formal debía quedar fuera de ese proyecto de institución que era fundamental pero eso empezó a cambiar en las últimas décadas donde se pusieron en evidencia cambios socioculturales , políticos, económicos , morales y las nuevas tecnologías contribuyeron a acelerar y reforzar esos cambios.
El gran cuestionamiento ético y pedagógico respecto a ese no compromiso de la escuela con ese afuera se vio acentuado por la profunda crisis de la institución escolar que viene configurándose como una de las tantas crisis de las instituciones modernas.
M: Con el aislamiento social ¿Cómo se resignifica todo esto y para qué?
P: Otro desafío. Con todo esto la tentativa de separar espacio tiempo escolar y lo privado y lo público termina de explotar y de perder el sentido profundizando aún más la crisis de la escuela y nos lleva a cuestionarnos más radicalmente y en forma más audaz sobre su sentido en nuestra sociedad
M:¿Hay algo positivo en todo esto?
P:Yo creo que esto no deja de ser positivo porque ahora quedó en evidencia que la tecnología no resuelve el problema. Había un espejismo de que la tecnología era subutilizada y ahora hay una sensación de frustración porque la tecnología no está solucionando el problema y que se queda corta. Evidencia la necesidad del contacto, de repente pasa a valorarse esa parte de la escuela que tiene que ver con encontrarse.
Las tecnología tienen una falsa impresión de eficacia
M:¿Para qué va a ser la escuela en la nueva “normalidad”?
P:Otro aspecto que pone en evidencia la crisis es la enorme desigualdad de acceso a los materiales, el espacio para conectarse, estudiar, estar tranquilo y pensar. Eso es algo con lo que la escuela contaba a pesar de todo, ¿no? Las condiciones materiales y emocionales para eso a pesar de desentenderse de lo que iba por fuera y la realidad es que ahora si no hay internet no se puede seguir la escuela.
Cuando decimos “La escuela” nombramos sentidos muy diferentes y eso también es algo a destacar, volver a recordar el rol del Estado como garante de un derecho universal en el acceso a la educación. La pandemia puso en evidencia un proceso que ya se venía suscitando y se estaba ignorando que tiene que ver con la amplia desigualdad educativa que existe.
M: Lo que se perdió sin internet en pandemia en los barrio vulnerables es justamente el acompañamiento del docente
P: Si se borro esa ilusión mítica de que el docente es poco importante o que todo está en internet o que los chicos saben más que el docente y que, aquello que pensábamos obsoleto en un espacio físico entre docentes y estudiantes, mostró su relevancia como algo fundamental para el proceso de aprender.
M:En Argentina se armó un canal con contenidos educativos que se llamó Seguimos Educando tanto para primaria como para secundaria y los profesores pueden apropiarse de esos temas y notamos que los docentes y estudiantes no pudieron hacer esa apropiación y creemos que es porque no esta esa mediación especialmente en esos lugares donde sí tiene que estar.
P: No deja de ser una oportunidad para que los docentes nos reinventemos tal vez sin esta sombra de la obsolescencia. Quizá vale la pena repensar su rol , que valdría la pena reforzar, que valdría la pena dejar de lado, en que funciones valdría la pena capacitarse. No solamente para adaptarse a los cambios que vinieron sino también a los que queremos que sucedan.
M: ¿Qué aporta y que quita la mediación tecnológica?
P: Una de ellas es esto que sucede ahora, miles de personas juntas que aunque tuviéramos muchos recursos para viajar y encontrarnos no existiría un salón capaz de albergarnos a todos, bueno eso es una ventaja enorme que podría pensarse en el ámbito escolar. Ahora desventajas, bueno eso es más difícil hay algo muy seductor en la tecnología y ahora vemos que tiene sus problemas: el exceso de pantallas, la falta de contacto, la dificultad de desarrollar cierta concentración, la dificultad de que se abran canales de comunicación entre pantallas.
La calidad del vínculo no se define por si es virtual o no, por lo tanto no creo que la mediación tecnológica imponga en sí algo que tenga que ver con la calidad del vínculo.
Ante el advenimiento de esta crisis, la propuesta es reinventarnos y pensar las características del docente desde cero ante un futuro incierto. Comprendernos insertos en un contexto que es excepcional en el cual todos nos nutrimos de diversas experiencias en el año, permite repensar qué tipo de escuela necesitamos y cómo podemos mejorarla de cara a lo próximo.
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